Buenas nuevas

Tengo que contarles muchas cosas. La verdad que no me había dado cuenta de que no he publicado en mi página poco más de un año. Pero es que la vida y las letras me atraparon, lo cual es bueno pero también delicado.

Una de las primeras cosas que quiero contarles, o más bien dejar registro, es de la mención honorífica que obtuve en el querido Premio Dolores Castro en su edición 2024. La obtuve con mi novela Catástrofes Imperceptibles, un texto que amo y que fue construido con mucho cariño pero también con mucha inocencia. Esa novela tocó muchas puertas y por fin tuvo su oportunidad. Me da gusto que fuera en este premio organizado por el Ayuntamiento de Aguascalientes, fue recibida con cariño, tratada con respeto y presentada con admiración. En el proceso conocí autoras increíbles y comprometidas con su arte. Mi favorita, y lo sigue siendo, es Roxana López Carvajal, la ganadora de dramaturgia con su obra Coyotes sedientos. Qué maravilla conocer personas como ella, o más bien, qué fortuna encontrarla, porque es única.

Además de la bonita presentación que realizó Rocío Castro y su equipo, recibimos un diploma y un estuche con los libros de las autoras. El trabajo de Mar Perea es hermoso y me siento muy honrada de que su trabajo esté en mi libro.

Y así fue como cerré ese año 2024, con el sueño realizado de publicar Catástrofes. Ya sabía entonces que se publicaría mi segunda novela Descarada, así que no podía estar más feliz.

Sobre Descarada escribiré después. Es decir que los spamearé impunemente. Prometo a cambio que hay una historia linda detrás de la novela.

Abrazos a todos y gracias por estar conmigo, por escribirme, por acordarse de mí pero sobre todo de leerme, que quien dice que no escribe para ser leído, miente.